La receta de hoy tiene su origen en la época de los aztecas. Cocinaban los pimientos con unas hojas que colocaban encima del fuego. Cuando la mezcla quedaba a su gusto, la servían en unos cuencos especiales que tenían para ello.
No sé si esta receta es de verano o de invierno, pero lo que si sé es que es muy sana. En casa la hemos servido como plato único (dos por persona) y quedas más que satisfecho.
Lo bueno es la versatilidad que ofrece: se pueden rellenar de lo que más os apetezca desde arroz, pasando por bacalao o carne. Los ingredientes del relleno son a gusto del consumidor.
Ingredientes
(para 2 personas)
4 pimientos
300 gr de carne picada (50%cerdo, 50% ternera)
1 puerro
1/2 cebolla
Tomate frito
1/2 vaso de vino blanco
Queso rallado
Aceite
Sal
Pimienta
Comino
Modo de elaboración
Ponemos a precalentar el horno a 180ºC.
Picamos en trozos muy pequeños la cebolla y el puerro. Dejamos que se vaya sofriendo. Cuando la cebolla esté pochada, echamos la carne picada. Mezclamos bien todos los ingredientes. Añadimos la sal, la pimienta y el comino. A continuación, agregamos medio vaso de vino blanco y dejamos que reduzca.
Una vez el vino haya reducido , añadimos unas cucharas de tomate frito. La cantidad que veais que admite la carne. Yo tenía salsa de tomate casera y fue la que agregué, pero vale cualquiera que os guste. Rectificamos de sal y pimienta si es necesario y dejamos que reduzca.
Lavamos los pimientos , les quitamos la parte superior y limpiamos las pepitas de su interior.
Cubrimos el fondo de una fuente, que posteriormente meteremos en el horno, con salsa de tomate.
Rellenamos los pimientos con la mezcla hasta arriba.
Los cubrimos de queso rallado y los ponemos en la fuente boca arriba y con cuidado para que no se caiga el relleno.
Los colocaremos en la parte inferior del horno.
A continuación, los metemos en el horno durante 30 munutos a 180ºC. Cuando haya pasado este tiempo, bajamos la temperatura a 160ºC durante 10 minutos y agregamos algo más de queso rallado si nos apetece.
No es necesario servirlos en el momento porque dentro del horno se siguen haciendo aunque esté apagado.
Ya simplemente nos quedará servirlos y disfrutar de esta suculenta receta.
Disfrutad del verano y haced todas esas cosas que más os apetezca.
¡Sed felices!
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